Conferencia del Norte de Texas responde a la pandemia de coronavirus

Bishop McKeeVivimos en un momento de ansiedad. El número de casos confirmados del coronavirus continúa aumentando, y hay mucho sobre este virus que aún se desconoce. 

Sin embargo, dos cosas que sí sabemos es que ninguno de nosotros es inmune y que las personas mayores de 60 años o con enfermedades crónicas subyacentes son particularmente vulnerables.

Durante los momentos de ansiedad, las personas de fe encuentran gran consuelo y fortaleza al unirse. Esto es lo que hacemos. Pero estos también son tiempos sin precedentes.

El jueves por la noche, el juez Clay Jenkins emitió una declaración de estado de emergencia para el condado de Dallas después de que las pruebas revelaran cinco nuevos casos presuntivos positivos de coronavirus. 

A partir de las 11 a.m. del viernes 13 de marzo y hasta las 11 a.m. del viernes 20 de marzo, aunque el juez Jenkins dijo que este período podría extenderse, habrá una prohibición de reuniones públicas de 500 o más personas. 

Además, el juez Jenkins desaconseja firmemente las reuniones públicas de 250 o más personas, así como aquellas con 10 o más personas mayores de 60 años y / o que forman parte de un grupo de alto riesgo.

En este momento, la forma en que nosotros como personas de fe podemos hacer el mayor bien y no hacer ningún daño es abstenerse de unirnos. 

Estamos aprendiendo que la forma más efectiva de frenar la propagación del coronavirus en nuestras comunidades es practicar el "distanciamiento social", minimizando la exposición a las personas infectadas evitando grandes reuniones públicas y manteniendo 6 pies de espacio de los demás. Practicar el distanciamiento social puede ser una forma de prevenir más infecciones y, literalmente, salvar vidas humanas.

Con este fin, solicito lo siguiente:

Además, el personal de la Conferencia del Norte de Texas cancelará todos los eventos que involucren a más de 20 personas y convocará otras reuniones utilizando la tecnología de teleconferencia. Nos adheriremos a este enfoque durante los meses de marzo y abril y lo reevaluaremos en las próximas semanas.

Si bien los servicios de adoración y otras reuniones de la iglesia se cancelan, será aún más importante que los pastores y líderes laicos estén atentos a nuestros miembros mayores y más vulnerables. Las ramificaciones de esta pandemia son más que sobre la salud. Las personas corren el riesgo de la soledad y de sufrir impactos económicos.

Este momento sin precedentes nos da la oportunidad de dar testimonio de nuestra fe de otra manera que no sea reunirnos para adorar. Ore por los trabajadores de la salud, los líderes de la comunidad, aquellos que sufren el virus y sus seres queridos, y aquellos que se ven afectados negativamente por esta pandemia. 

Como discípulos individuales y como iglesias, mantengamos los ojos abiertos a las necesidades emergentes y encuentremos formas creativas de satisfacerlas. Sea una fuente de esperanza en sus círculos de influencia y comparta su confianza inquebrantable en la protección del Señor.

Pronto volverá a tener noticias mías cuando esta situación continúe desarrollándose.

Obispo Michael McKee